Si hace unos días os contaba que había leído Criadas y señoras, y mi opinión sobre la novela, hoy la traigo de nuevo a colación en la sección De cocina y literatura, porque probablemente sea una de las novelas que he leído en los últimos tiempos en que más importancia tiene la comida. De hecho, es la que más líneas me ha ocupado en mi libreta de recetas de novela, y no he copiado párrafos o diálogos en relación a platos que se cocinan o que se prueban, porque habría tenido que transcribir demasiadas páginas.
Es lógico, al fin y al cabo, la novela habla de criadas y señoras como bien dice su título, y buena parte de las escenas transcurren en una cocina o en un comedor. Así que no podía ser de otro modo. Además, una de las protagonistas es cocinera, con eso lo digo todo. Sería absurdo (aunque conozco novelas así) que con estos mimbres no se nombraran apenas platos.
Hay escenas del libro memorables; desde la famosa tarta que Minny prepara para el odioso personaje de Hilly a cuando enseña a freír pollo al estilo sureño (dejándolo marinar en suero de leche primero y luego enharinándolo con una mezcla de especias) a su ingenua y atípica nueva jefa, Celia Foote. De hecho, Minny es contratada sobre todo para cocinar, porque Celia es un desastre en la cocina y quiere que su marido, Johnny, piense que ha aprendido a hacerlo cuando en realidad es Minny quien una y otra vez deja la cena preparada para cuando el joven regresa a casa del trabajo y así vemos que le va dejando chuletas de cerdo, pollo frito, rosbif, empanada de pollo, costillas de cordero, jamón asado, tomates fritos o puré de patata y ensaladas.
Las recetas que se nombran o que se indica que van cocinando o degustan en la mesa los protagonistas tienen el inequívoco aire de la cocina sureña que ya me ha atraído tanto en otras novelas y me ha hecho buscar recetas en revistas americanas. Aunque no es la misma comida la que se sirve en las mesas de las damas blancas de Jackson (tarta de frutas, huevos rellenos, tartas de caramelo o el tradicional pavo con salsa de arándanos típicos de Acción de Gracias) que la que se prepara y come en las mesas de los habitantes negros de Jackson (okra rebozada en harina de maíz, ensalada de hojas de ombú y tomate, judías de la buena suerte con codillo de cerdo).
Como decia antes, he anotado un montón de nombres de platos en mi libreta de recetas de novela. Algunos de ellos son salados (ensalada de pollo, sandwiches de jamón, tortitas de maíz, jamón cocido con piña, frijoles, pollo con dumplings, bagres fritos, sandwich de bacon, gambas con sémola, potaje de calabaza , pastel de pollo y hasta filete Chateaubriand, entre otros) y otros son dulces (pastel de melocotón, pralinés, tarta de chocolate y crema, galletas caseras cuya masa se corta con ayuda de un vaso de chupito, suflés de fresas o galletas de jengibre, entre otras). Un montón de recetas sobre las que investigar/imaginar para disfrutar cocinando y degustando.
¿Conoces la comida típica de los estados sureños? ¿Te llama especialmente la atención o te despierta la gula alguno de estos platos?
La cocina del sur es una cocina que conozco poco de sabor pero que suele ser muy presente en novelas y películas que allí se desarrollan,
Lo que siempre me fascina son las tartas preciosas que se mencionan, altas y sabrosas! Y sus soufflés… y el pollo frito que tiene que ser algo muy pero que muy especial :o)
Besos y feliz fin de semana,
Palmira
Mira que no me gusta freír por la que se lía, pero es verdad que le tengo unas ganas al pollo frito… jajaja.
¡Besos!!