Cuatro copos de nieve, cuatro gotas de agua, de Abril Camino, ha sido una de mis últimas lecturas. Una novela corta y entretenida, que he disfrutado leyendo, aunque más al principio que hacia el final. En un punto determinado y no tengo muy claro por qué ha dejado de interesarme que sería de estas mujeres o cómo llegaron hasta ahí, si bien durante más de la mitad lo estaba leyendo casi compulsivamente.
Antes que nada quiero dejar claro que esta no es una novela romántica. Lo destaco porque la mayor parte de novelas de la autora lo son y puede que llegues a ella buscando ese tipo de historia.
Cuatro copos de nieve, cuatro gotas de agua: de qué va
EEUU, 2019. Violet Devereaux a sus sesenta años ha sido diva de los años 70 en Nueva York, socialité habitual de las revistas, escritora de éxito reconocida por la crítica años después. Ha vivido muchas vidas en una y no siempre ha sido feliz.
Ahora ha sufrido un accidente de moto mientras disfrutaba de unas vacaciones con su joven novio en Roma y durante unas semanas no podrá valerse por si misma. Su hija mayor, Maggie, toma las riendas, viaja al hogar materno y hace que sus dos hermanas se trasladen también allí para cuidarla entre todas.
Si alguna vez estas mujeres estuvieron unidas, ya hace mucho tiempo de ello. Andy, la segunda, no se habla con su hermana menor desde hace tres años. Y aún han pasado más desde que pasó una noche en la misma casa que su madre.
Ser hijas de Violet no es fácil. No han tenido una infancia convencional, especialmente las dos mayores. Y ambas han afrontado la vida adulta siendo lo más diferentes posibles a su famosa e icónica madre.
A ojos ajenos, son tan diferentes entre sí como cuatro copos de nieve. Pero cuando se las conoce mejor, quizá lo cierto sea que son tan parecidas como cuatro gotas de agua.
Mi opinión sobre la novela de amor filiar de Abril Camino
Cuatro copos de nieve, cuatro gotas de agua, es una historia familiar, de mujeres, de hermanas, de personas que han compartido buenos y malos momentos, cuyas vidas y lazos afectivos han sufrido algunos golpes inesperados con el paso del tiempo.
En un principio me enganché rápidamente a la novela y leí más de la mitad con verdadero interés. Como una de esas lecturas que no puedes dejar, porque total, ya lo hará cuando termines el siguiente capítulo. Pero en un momento dado, dejé de interesarme por ellas.
No sé exactamente cuál ha sido la razón, pero sí sé en qué momento empecé a cansarme de ellas. Y aunque al avanzar en la lectura todo tiene encaje y sentido, me había desconectado emocionalmente de los personajes al punto de no haber podido disfrutar igual el resto de la novela.
Así que al final me resulta complicado dar una opinión sobre la novela y más aún sin ahondar en los personajes, sus personalidades y relaciones. Puedo decir que me parecía entretenida pero al final me ha cansado. Y creo que no es culpa de la historia, ni de cómo está escrita, simplemente por algo me he sentido desvinculada de estos personajes antes de tiempo.
Quizá tanta perfección y a la vez tanta imperfección me han resultado aburridas. Lo curioso es que no sé determinar con claridad por qué me ha ocurrido esto. Tal vez solo sea que tras leer más de la mitad del tirón pausé la lectura en un punto en que era menos intrigante y no tuve esa necesidad de proseguir que me había hecho leer seguido todo lo anterior.
Como creo que es algo que me ha pasado a mi en particular, tengo el convencimiento de que si te gustan los primeros capítulos, probablemente te gustará la novela al completo. Anímate y dale una oportunidad.