Hoy vengo con una receta de ensalada de tomate, queso y pollo riquísima. Uno de mis platos de verano y que no había encontrado el momento de compartir aún aquí. Un plato sencillo pero lleno de sabor, estupendo para la hora de la cena.
Estos tomates tan hermosos son de los llamados pata negra. Los cultivamos en el huerto junto con otras variedades. Son muy carnosos, con un punto más dulce que ácido, y muchísimo sabor. Todo su corazón es pulpa y tienen poca semilla en general. En instagram ya he compartido alguna fotografía de ellos en sus matas, quizá ya los has visto allí. Su color aún bien maduros oscila entre el verde oscuro, el marrón, el granate y los rojizos y naranjas. Y es de tamaño entre grande y muy grande. En la foto puedes ver una rueda de uno normal el diámetro que tiene. Con dos ruedas (medio tomate cortado en horizontal) llenas un plato grande.
Este año he puesto pocas recetas con productos del huerto. Tengo la impresión de que todos los veranos voy a saco con recetas de tomate y calabacín, sobre todo, y me intento controlar. Creo que es la primera vez en los diez de vida del blog que lo consigo.
Con estas cantidades tienes para dos raciones como las de las fotografías.
ENSALADA DE TOMATE, QUESO Y POLLO
Ingredientes:
1 tomate pata negra u otro de gran tamaño (aproximadamente 500-600gm)
1 pechuga de pollo mediana
50gm de queso de oveja semicurado
cebollino fresco picado
aceite de oliva virgen extra
pimienta negra
harina de arroz
sal
Preparación:
Corta en dados la pechuga de pollo. Salpiméntala. Pásala por harina de arroz y saltéala unos minutos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Que quede solo hecha, pero aún tierna y jugosa.
Pela el tomate y córtalo en ruedas un poco gruesas. Disponlas en una fuente o en dos platos individuales.
Corta el queso en bastoncitos cortos. Repártelos alrededor de las rodajas de tomate. Adereza con una pizca de sal y unas gotas de aceite de oliva virgen extra. Añade el pollo salteado y cubre con el cebollino fresco picado (la cantidad, al gusto).
Sirve enseguida la ensalada de tomate, queso y pollo para mantener el contraste de temperaturas y que la cobertura del pollo no pierda su gracia.
Tienen que estar riquisimo. Que suerte de tener esos tomates.
Es cierto que es una suerte, Paqui. Da trabajo pero merece la pena.
Un beso.
¡Marhya qué suerte tener la huerta para poder comer esos tomates tan ricos! La verdad es que en la futería casi es imposible encontrar tomates que tengan sabor.
En fin vivir en la ciudad tiene esa desventaja. Yo cuando puedo voy a comprar directamente a las aldeanas.
Besos preciosa y feliz fin de semana.
Claro, cuando no se puede es imposible. Y cuesta encontrar tomates buenos.
Besos.