De repente, un verano de Robyn Carr

De repente, un verano es una de las novelas que forman parte de la exitosa serie de Robyn Carr, Virgin River. Es una serie que estoy leyendo desordenada, aprovechando las ofertas de los libros digitales. Esta corresponde a la entrega número 14.

Jillian Matlock ha sufrido un revés importante. El que creía que era su novio, esa relación que tanto le costó comenzar y que empezó por la insistencia de Kurt, ha resultado ser solo una trampa para acusarla de acoso sexual. Algo demasiado grave como para que su jefe y amigo la mantuviera en el puesto, por más que esté seguro de su inocencia y por mucho que ella fuera clave para levantar de la nada una empresa de éxito trabajando jornadas infinitas durante los últimos años.

Sin atreverse a hablar del caso, dolida por su ingenuidad y enfadada por lo ocurrido, solo quiere escapar de San Diego para no cometer una locura. En un arrebato decide pasarse por Virgin River, un pueblo del que no recuerda ni el nombre, pero en el que pasó unos días relajados con su hermana y unas amigas en unas coquetas cabañas. Eso es justo lo que necesita, relax y distracción antes de decidir qué nuevo camino va a emprender en la vida. Lo que no espera es recordar el amor a la tierra que le inculcó su bisabuela, la mujer que la crió, ni encontrar la chispa para levantar vuelo de nuevo en algo tan terrenal como la agricultura.

Tampoco espera encontrarse con un atractivo pintor que despierte en ella instintos dormidos, precisamente cuando menos interés tiene en conocer a ningún hombre.

Colin Riordan ha pasado una racha horrible, si es que esa palabra es suficiente para definir cómo han sido los últimos meses. Tras un accidente de helicóptero que casi acaba con su vida, se aficionó demasiado a los calmantes durante un breve lapso de tiempo y pasó después por un proceso para desengancharse de ellos seguido de una depresión. Parece que poco queda del hombre alegre, divertido y en cierto modo alocado que era, pero no porque haya sido decisión suya madurar y sentar cabeza sino por las circunstancias.

Para Colin lo que ha ocurrido es que le han robado la vida que tenía y tanto le gustaba. Y no se puede conformar solo con pasar el rato pintando porque ese era su plan para la jubilación y solo tiene 40 años. Así que espera recuperarse lo bastante durante su estancia en Virgin River como para probar aventura en África, Nueva Zelanda o cualquier otro punto del mundo en que necesiten pilotos de helicóptero experimentados y no sean exigentes con sus antecedentes. Aunque eso implique soportar  a su hermano Luke haciendo de mamá gallina. Lo que no espera es conocer a una mujer diferente al tipo de mujeres con las que solía relacionarse y que puede poner su mundo, aún más, patas arriba.

Con esta extensa sinopsis creo que ya os podéis hacer una idea de que es una novela romántica, ¿verdad? También es una de las novelas que más me ha gustado de las que hasta ahora he leído de esta serie. Quizá por los personajes y su situación, pero también porque es algo menos coral que otras y se centra mucho más en la relación de los personajes.

Tengo que destacar lo mucho que me ha gustado el modo en que la protagonista. Jillian, encuentra una pasión que se convierte en un motor del cambio. Su espontaneidad y su cerebro se unen de un modo que me ha encantado, encontrar ese punto de arranque es muy entretenido y poco convencional.

También la salida de los infiernos de Colin.

En definitiva, De repente, un verano, es una novela muy bonita, que me ha enganchado y que me ha entretenido. Esta serie, por el momento, no decepciona sino todo lo contrario. Si aún no has leído nada de ella, no dejes de darle la oportunidad.