Con este tiempo más propio de primavera que de verano raro es el día en que no cogemos un puñadito de fresas. Serían más si a Rufo no le gustasen tanto; ha convertido en meter el morro entre las plantas y comerse las más maduras en su deporte favorito.
No Rufo, deja algunas para mi ¡que me gustan muchoooo!
Holaaaa, en la aldea hay muchas ahora! fíjate, a veinte de julio y fresitas! menudo verano loco jajajaj, anda que Rufo no sabe ni nada!
Un besoooo
Jajaja es que a Rufo le gusta comer sano.Así está tan guapo.Bss
¡¡Qué gracia!! Es el primer perro del que oigo que le gusta la fruta.
Eso le digo yo, pero debe estar duro de oído, jajajaja.
Besos, guapa.
¡Y tan loco, Marisa! Seguro que en la aldea no habéis guardado el edredón tampoco.
Besos.
jajajaj, debe de ser eso.
Besos!!!
Jo, Lola, pues en invierno cuando era más chiquitillo con las mandarinas era un peligro, desde que un día se nos cayó un gajo y se lo trapiñó al momento luego cada vez que las olía se tiraba todo el rato saltando a ver si las cogía porque no le dábamos. Parecer ser que no son buenas para los perros por la fructosa, pero las de la planta o las pongo un muro o no dejo salir al perro, y claro…
Besos.
Que rico, las fresas son de mis frutas favoritas, ¿saben si la planta puede estar en maceta?
Bien! por Rufo 🙂
Zulema, yo creo que si, siempre que no sea muy pequeña, de hecho yo tengo mezcladas de dos varieades, unas que compramos en macetas y otra que compramos en semilla, y aunque enseguida la transplanté al huerto las comercializaban para tener en maceta.
Besos, buen fin de semana.