Bocadillo castellano de pollo

¡Que bien sienta cenar de bocadillo de vez en cuando! Si estás buscando una receta sencilla pero sabrosa para hacerlo este bocadillo castellano de pollo puede ser el que te tiente. Probablemente no es el más bonito del mundo, pero está de puro vicio.

Para preparar este bocadillo usé pan candeal que es un pan muy castellano típico de estos lares. Y que está riquísimo, la verdad. Si no lo encuentras por tu zona siempre puedes animarte a prepararlo en casa, aunque esa es otra cuestión que no es la que nos ocupa.

Además del pan, este bocadillo castellano de pollo tiene dos partes diferenciadas: unos filetes de pollo cocinados de manera muy sencilla pero sabrosa y una salsa deliciosa que es casi para comerla a cucharadas de lo buena que está.

Con estas cantidades tienes para 2 bocadillos como los de las fotografías.

Bocadillo castellano de pollo

Ingredientes:

1/2 pan candeal
4 filetes de pollo
1/2 cebolla morada
3 pimientos rojos carnosos
50ml de cerveza negra
2 guindillas de cayena
3 dientes de ajo grandes
aceite de oliva virgen extra
pimienta negra
4 ramitas de tomillo
sal

Preparación:

Para la salsa pela la cebolla y pícala fina. Pica también los pimientos rojos carnosos. Pon a sofreír la cebolla en una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, la guindilla un pellizco de sal. Cuando empiece a ablandar añade el pimiento y los ajos pelados pero enteros. Después de sofreírse todo junto, añade la cerveza negra. Tapa y cocina unos 13 minutos a fuego vivo. Tritura rectificando de sal si es necesario.

Salpimenta el pollo y ponlo en una bandeja de horno. Pon una ramita de tomillo e introdúcelo en el horno ya caliente a 170ºC. Cocínalo unos 12-15 minutos o hasta que esté hecho, dependiendo de su grosor. No cogerá color dorado pero estará hecho, no lo dejes secar en exceso.

Para hacer el bocadillo castellano de pollo simplemente corta el pan en dos mitades y ábrelo horizontalmente. Reparte parte de la salsa sobre la miga y pon sobre la parte inferior dos filetes de pollo ya sin el tomillo. ¡Y listo! Así de sencillo.