Mentiras piadosas, de Linda Howard, es una novela que aunque publicada por primera vez en los años ´80 aún no había leído. Y eso que de las novelas “antiguas” de Linda Howard, he leído la mayoría. Esta no es una de sus grandes novelas como El hombre perfecto, Morir por complacer o Se abre la veda. Es un Harlequin y se nota. Pero también tiene algo positivo y es que el toque Howard está, algo que en algunos de sus libros más modernos parecía haberse perdido.
Jey ha tenido un día horrible. Después de mucho esfuerzo ha sido despedida de la empresa y su puesto va a ir a parar a un ocioso e inútil niño de papá. Lo más humillante es la forma en que han presentado su despido y que por cuestiones económicas se ha quedado con las ganas de abandonar de inmediato, así que aún tiene que pasar dos semanas enseñando a hacer su trabajo a su sustituto. Lo que no puede imaginar es que la desgracia de un hombre va a salvarla de ese mal trago para su ego.
Dos agentes del FBI solicitan la ayuda de Jay para identificar a uno de sus hombres en coma inducido tras una misión. Todo apunta a que puede ser el ex marido de Jay, Steve, a quien esta no ha visto en cinco años pues sus caminos se separaron con el divorcio. El estado en que ha quedado el superviviente, sus manos abrasadas y la coincidencia de altura y otras características entre Steve y el otro posible superviviente no les permiten hacer una identificación segura del mismo.
Jey viaja con los agentes hasta el hospital militar e identifica a Steve. Pero el FBI quiere algo más de ella. Necesitan que permanezca a su lado hasta su recuperación y contribuya a obtener la información que precisan de lo ocurrido en la misión.
Si algo es Mentiras piadosas es entretenido. Tiene esa química entre la pareja protagonista que solo unas pocas autoras son capaces de hacer sentir en un par de líneas. También tiene algo de intriga y digo algo porque es bastante previsible, en eso no se parece a las mejores novelas de Linda Howard.
Es una historia sencilla que ha quedado un poco obsoleta. Al empezar a leerla puede parecer una historia actual pero está en ese límite en el que te das cuenta de que pertenece a otra época y que pronto habrá que catalogar de alguna manera para darse cuenta de que pertenece a un tiempo histórico concreto. Porque todo es tan moderno que una se cuestiona al instante, antes de darse cuenta de que es una novela escrita en los años ochenta, cómo no se utilizan los análisis de ADN o no se llama por teléfono móvil, ya que la ambientación de no ser por estas cuestiones que arruinarían toda la trama sería similar a la de hoy día. Una confusión que no se da en ambientaciones de un par de décadas atrás y que es importante tener en cuenta para no tener la sensación de que la historia prescinde de avances actuales para poder existir. Simplemente no existían cuando se escribió.
Si buscas una novela entretenida para una tarde ociosa Mentiras piadosas es una buena opción. Sin mayores pretensiones.
