Hijas del sur, de Deb Spera

Publicado 21 octubre, 2020 por Marhya en Cultura, Literatura, Reseñas / 0 Comments


Hijas del sur, de Deb Spera, es una novela que me ha gustado muchísimo aunque también es muy duro lo que cuenta. La forma de narrar de la autora es bonita, enseguida te atrapa y  te mantiene en vilo. Lástima que se intuya el principal secreto de la trama, es lo único que le falla para ser redonda.

1924, Carolina del Sur. Antes de la llegada de la Gran Depresión, los estados sureños ya arrastraban una triste retahíla de padecimiento, hambre, paro y personas necesitadas. Años consecutivos sufriendo la plaga del gorgojo en su principal cultivo, el algodón, eran la principal razón de estos problemas, aunque no la única. En una zona rural, tres mujeres de orígenes y vidas muy diferentes terminan uniendo sus fuerzas para salir vencedoras en una vida que no está siendo benigna con ellas.

Annie Coles es una mujer mayor, blanca, casada con un importante hacendado. Es una mujer razonablemente feliz aunque en su vida ha sufrido grandes pérdidas, como la muerte de uno de sus hijos en la infancia, o la ausencia de sus hijas a las que hace quince años que no ve desde que decidieron alejarse de la familia. Dirige junto a su hijo Lonnie. un hombre bueno pero con problemas de dicción que le acomplejan, una empresa de costura en la que trabajan mujeres de la localidad. Algo que su marido tolera pero que no aprueba en lo que al hijo de ambos se refiere ya  que espera que el día de mañana se dedique, junto a su hermano mayor, a llevar y hacer crecer la hacienda familiar. Pero su tranquilidad pronto desaparecerá por completo.

Retta es la criada doméstica negra de los Coles casi desde su niñez. Su madre fue esclava de la familia y aunque ella es una mujer libre sigue ligada a estos. Siente un gran cariño por la señora de la casa y sus hijos pero no por su patrón. También es la partera que ha ayudado a traer al mundo a casi todos los niños negros e indios de la zona. Sobre su ánimo pesan la muerte de su hija que tuvo lugar aún siendo una niña y el hecho de que su marido tras un accidente laboral no haya vuelto a ser el mismo, si bien sigue siendo un hombre recto y bueno.

Gertrude es una joven madre blanca y pobre. Ha tenido que dejar a dos de sus cuatro hijas con su hermano y su mujer, un matrimonio sin hijos también pobre pero que al menos no pasa hambre. Las dos menores están con ella, viviendo en el pantano, pasando todo tipo de necesidades. Y, lo que es peor, sufriendo la mano dura del marido de Gertrude y padre de las niñas, un borracho maltratador. Claro que Gertrude tiene claro lo que debe hacer para no prolongar la situación, salvarse y salvar a sus hijas.

La presentación de los personajes es la mejor forma de contar de qué va esta novela sin desvelar de más. Luego son las propias protagonistas quienes van narrando su historia. Y lo hacen sin tapujos. La forma en que está contada la novela es de lo que más me ha gustado. Te atrapa, te envuelve. Te hace empatizar rápidamente con los personajes incluso aunque no te guste lo que están contando o pensando. Aún en los pasajes más duros resulta una narración agradable. Entendámonos, en la forma de la misma.

Te recomiendo leer Hijas del Sur si te gustan las historias realistas sobre mujeres fuertes y no te da miedo ni te provoca rechazo la pobreza, el hambre, las penalidades. Si no estás de ánimo para leer sobre estos temas, mejor déjalo a un lado porque no es lectura para ti. Y no es que se cebe en ello de forma morbosa, pero tampoco oculta la crudeza de una realidad que no siempre se quiere ver. Y me parece bien, sería indigno disfrazarla para las personas que padecían esos problemas tanto como para las que hoy de un modo y otro también viven realidades similares.

Hijas del sur no es una novela apta para todos los públicos. Pero es una buena novela. Y me ha gustado.

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