Seguro que todos los que sois lectores ávidos desde la más tierna infancia tenéis novelas o libros de vuestra niñez o adolescencia que guardáis como oro en paño, que han sobrevivido a regalos, hermanos/primos pequeños, mudanzas varias y otros avatares de la vida y siguen en vuestras estanterías. Hoy os voy a hablar de diez que siguen a mi lado y que guardo con especial cariño.
El orden en que los nombro es totalmente aleatorio, me siento completamente incapaz, sobre todo con algunos, de asignarles una posición específica en lo que a importancia se refiere.
* Un agujero en la alambrada, de François Sautereau: Hace unos años ya os hablé de él Aquí Está recomendado a partir de nueve años, pero yo que multiplico esa edad por cuatro de vez en cuando me doy el gustazo de dedicar una tarde a leerlo. Intriga y encanto para una novela infantil de esas que quedan en el recuerdo. Además buena parte de lo que nos cuenta transcurre en esos días cálidos y aburridos de verano, así que si no lo habéis leído aún, tengáis o no niños de esa edad, seguro que es una buena idea disfrutarlo en días semejantes. Se ha reeditado tantas veces en España que me cuesta imaginar una biblioteca pública medianamente surtida que no lo tenga en su haber.
* La hija del espantapájaros, de María Gripe. ¿Habrá alguna chica de mi generación que amase leer y que no se entusiasmase con los libros de la escritora sueca? Aunque este libro es publicó por primera vez más de una década antes de que yo naciera, en 1963. El ejemplar que yo guardo pertenece a la serie roja de barco de vapor y es de Diciembre de 1985. Se recomendaba a partir de doce años.
La historia de Loella, la niña que vive en una cabaña del bosque con sus dos hermanitos pequeños y cuyo amgio y confidente es un espantapájaros al que en secreto llama “Papá Pelerín” es capaz de conmover a cualquier adulto y de encandilar a preadolescentes lectoras (no es que sea excluyente pero creo que es un libro con el que es más fácil identificarse siendo niña, aunque igual estoy equivocada) con gran corazón. A mi, sencillamente, me encanta.
* Cinco panes de cebada, de Lucía Baquedano. Otra de esas novelas súper leídas y con muchísimas ediciones a sus espaldas y que a mi me regalaron una Navidad. Aunque el ejemplar que tengo no es el de entonces; alguien tuvo la brillante idea de regalarlo a un tercero creyendo que no me interesaría por ser juvenil y me dio un disgusto tremendo, menos mal que pude hacerme con otro rápidamente, ¡qué miedo tuve de que estuviese descatalogado por completo! De vez en cuando dedicarle un día tonto a leerlo, siempre es una buena idea. Pero (llamadme fetichista) me hubiera gustado guardar el mismo libro de siempre, las mismas páginas que tanto manoseé, que con tanto cariño y avidez leí una y otra vez.
Aunque sé que lo que importa es lo que cuenta y lo que cuenta es la historia de Muriel, que con 21 años y unas notas excelentes consigue un puesto como maestra pero en un sitio en el que ni había imaginado; un diminuto pueblo navarro donde las maestras no duran mucho. Ya os hablé de el Aquí.
* Morirás en Chafarinas, de Fernando Lalana. Este libro llegó a mi de rebote y lleva conmigo más de 25 años. Fue un regalo de cumpleaños a mi primo, quien al saber que iba de militares y asesinatos le dio mucho yuyu (creo que le dio por pensar en cuando le tocase hacer la mili, aunque le faltaba algún año aún) y así el libro llegó a mis manos con aviso de no retorno. Y en ellas sigue casi 25 años después. Y es que tenía todo para engancharme; una narración ágil, intriga (novela negra para adolescentes) y un sarcástico sentido del humor, todo ello ambientado en la subyugante ciudad de Melilla.
Años después hicieron una versión para el cine, pero no es muy allá y en un momento determinado deja se ser fiel al libro y toma derroteros totalmente diferentes a éste, teniendo así un desarrollo y final que nada tienen que ver con la novela. A raíz de la novela salió una segunda novela, “Conspiración Chafarinas”, con algunos personajes que repiten y ambientada en el rodaje de la versión de la primera novela, también llena de acción e intriga y que también tengo, pero que no llega al nivel, para mi gusto, de la primera.
La historia está protagonizada y narrada por un joven cabo de reemplazo que durante una agobiante y aburrida guardia de verano ve como un compañero, drogado, abandona la garita y se adentra a tiros en la ciudad. A partir de ahí se ve envuelto en una trama que le sobrepasa, con muertos en extrañas circunstancias y otras cuestiones oscuras. Acompañado del extraño Cidraque, tendrá que luchar por salvar la vida.
* El otro árbol de Guernica, de Luis de Castresana. Ya os hablé de ella hace unos días, es una de las diez novelas que releo con gusto casi cada año. Os recomendaría que la buscarais y la leyeseis tengáis la edad que tengáis.
En una próxima entrega, las cinco restantes. ¿Os apetece, mientras, contarme cuáles son los libros que guardáis con más cariño demuestra infancia y adolescencia?
Bueno, sis, ya sabes que a mi me gustan las 5 aunque la que más y que de hecho he vuelto a releer hace no demasiado es la de Cinco Panes de Cebada.
Un Agujero en la Alambrada me acuerdo que la primera vez que intenté leerla la dejé después de uno o dos capítulos porque me aburrí y menos mal que me convenciste de volver a intentarlo porque el resto mejora, y mucho, y es de las que cuando todavía eramos pequeñas luego releí varias veces.
Yo los libros que guardo con más cariño de esa época son Juventud de Louise May Alcott, La Fuerza de la Gacela (barco de vapor, blanco, los más infantiles) y Yagu, el Lobo Azul
Yo también guardo algunos libros de mi infancia y juventud con cariño. “El hobbit”, ahora tan de moda, “El libro de los por qué” de Gianni Rodari y gracias a mi hermana, que le ha regalado la colección completa a mi hijo, he recuperado “Los cinco” y “Los siete secretos”.
Recuerdo también con mucho cariño una serie que nos prestaba un amigo y que se llamaba “El pequeño vampiro”.
¡Cómo me acuerdo del de Yagú!, cuando eras pequeña no lo soltabas, tuviste una temporada que yo creo que hasta dormías con el libro 😉 Es muy bonito.
Lola, el pequeño vampiro recuerdo que siempre que iba a Logroño a pasar unos días en casa de mis tíos lo leía, porque lo tenía mi primo y me encantaba. ¡Hace poco vi una versión que habían hecho en película infantil! Me hizo mucha gracia recordarlo.
De los cinco y los siete secretos leí todos o casi de la biblioteca del cole, pero sólo he tenido un ejemplar de los primeros (creo que lo sigo teniendo). ¡Y mira que lo pasaba una bien leyendo tantas aventuras!
Besos.
Voy a destacar solo uno que guardo como oro en paño “La historia interminable”.Yo era de leer tebeo tipo Zipi y Zape,Mortadelo y Filemón,pero muy pocos libros,ninguno me llamaba la atención.Cuando tenía unos 11 o 12 años me regaló mi padre este libro y me tuvo pegada a él día y noche hasta terminarlo.Fue el mejor descubrimiento de mi vida,la lectura,desde entonces a sido un no parar.Para mi este libro es el más bonito,valioso y maravilloso regalo que me han hecho en la vida y el que guardo con más cariño.
Las que conservo de mi infancia y adolescencia son: un montón de Enid Blyton, casi todos de Puck, los Hollister, Nancy Drew, Los Hardy, Los tres investigadores, alguno de Dickens, Círculo de fuego, Sangre en las murallas,Barril de pólvora, El mexicano, Invierno en tiempos de guerra…
¡Que bonito! Yo lo leí de la biblioteca del cole, pero nunca lo he tenido.
Tebeos tenía muchos, es que a mi padre le encantaban, jajaja 😉
Besos.
No me suena casi ninguno, creo que somos de generaciones distintas. Los de Puck si, los leía en la biblioteca del cole pero sólo he tenido (todavía lo tengo) uno de la colección. Volví a leerlos todos seguidos a los veintipocos de la biblio municipal, me hizo ilusión leer la serie entera seguida.
Besos.
Marhya si que hay libros que guardamos con especial cariño, yo aún conservo de mi adolescencia “Viento del Este, Viento del Oeste” de Pearl S. Buck, “Jane Eyre” y “Cumbres Borrascosas” de las hnas. Bronte, “Departamento 10” de Noel Clarasó y “El español y los siete pecados capitales” de Fdo. Díaz Plaja, así como algunos de poesía etc.besos.
Hay varios que no conozco,Lucero. Voy a investigar.
😉
Feliz fin de semana.