El chorizo es un embutido típicamente español, aunque su uso también está generalizado en algunos países de Sudamérica. Según la RAE, el chorizo es un “trozo corto de tripa lleno de carne, regularmente de puerco, picada y adobada, el cual se cura al humo”. Gastronómicamente, se conoce como chorizo a cualquier embutido curado al aire o ahumado que esté hecho con carne (generalmente de cerdo pero también de jabalí o venado, por ejemplo), muchas veces ajo y pimentón. En España, según zonas, existen diferentes tipos de chorizo y muchos de ellos llevan nombre propio.
Muchas veces empleamos el chorizo no para comerlo solo o en bocadillo, si no en recetas de cocina. Tendemos a no darnos cuenta de que España es un país con gran variedad de chorizos, y que el uso de uno u otro puede cambiar totalmente la personalidad de un plato, que no es lo mismo un chorizo ahumado que uno especiado o que uno con un alto contenido de tocino. Un buen chorizo puede alegrar el plato más básico, uno malo arruinará el más trabajado. Pero en muchas ocasiones, el uso de uno u otro chorizo es tan solo cuestión de gustos y de disponibilidad.
En la zona de Palencia en la que vivo, el chorizo generalmente es corto y está elaborado con carne de cerdo, pimentón y entre otras especias un toque de orégano que le da un punto muy especial y que, sobre todo cuando se trata de emplearlos en la cocina, logra resultados magníficos, porque aporta un punto de sabor y personalidad muy especial.
En La Rioja el chorizo con IGP tiene un inconfundible toque de ajo.
En León, Asturias y en parte de Galicia buena parte del chorizo que se fabrica se cura al humo, lo que le da un punto sabrosísimo y muy especial. A mi, personalmente, me encanta.
La carne con la que se elabora el chorizo de Pamplona está picada muy fina. Seguro que muchos todavía lo asociáis a bocadillos de la hora del recreo.
La chistorra tiene un altísimo contenido en grasa (entre un 70% y un 80%) y se emplea generalmente frita con huevos. Es propia de algunas zonas de Navarra y el País Vasco.
El conocido como Chorizo ibérico de bellota se produce, sobre todo, en Salamanca, Extremadura y Huelva. Cortado muy fino se toma solo, en tapas o en chorizo, pero no acostumbra a emplearse para preparar platos cocinados.
El segoviano chorizo con IGP Cantimpalos (hasta alguna canción ochentena tiene dedicada) no lleva tocino entre sus ingredientes.
Quizá no sea de los más conocidos, pero un chorizo que me encanta es el zamorano dulce o picante de Coreses, en sartas para hacerte bocadillos de los que quitan el sentido.
Sería larguísimo y muy complicado detallar todos y cada uno de los chorizos que pueden encontrarse en el mercado, siendo además muchos de ellos sólo posibles de encontrar en una zona muy localizada. ´
Interminable sería comentar todos los platos en los que se puede utilizar el chorizo, que modernos o tradicionales pueden ser centenares. Sin salir del blog pueden encontrarse unos cuantos, pero por nombrar sólo tres muy sencillos pero de mis favoritos: panecillos preñaos, hojaldritos de chorizo y sopa castellana.
¿Qué chorizo o chorizos son propios de tu tierra? ¿Qué tipos de chorizo acostumbras a comprar y cómo los utilizas?
Yo recuerdo a mi abuela Lola secando chorizos en el cuartillo del lavadero. A mí personalmente me encantan los chorizos cuando están bien sequitos, cortados en rodajas y servidos como una tapa, con un vasito de vino mosto….Lo uso poco, el chorizo fresco (del que se comropa en la carnicería) lo utilizao en las lentejas y la chistorra para las migas.
Eso sí, el chorizo revilla me pirra para los bocadillos.
Soria y chorizo es casi uno… yo soy de un pueblo con una tradición chacinera sin igual… del pueblo del anuncio tan famoso jaja ya sabes el del chorizo “de mi pueblo”… vamos Revilla le suena a todo el mundo aunque los caseros no son comparables, si te digo que ayer me comí uno que hicieron mis suegros con los nietos ¿te da envidia?
Aquí el chorizo y el picadillo son como el pan nuestro de cada día.
Besicos mil
Lola, ¡Cómo tenían que estar los chorizos de tu abuela! Quién los pillara.
Besos.
Raquel, la duda ofende, ¡por supuestísimo que me da envidia! No te digo más que tengo un colorcillo así tipo Shreck… jajaja.
La última vez que estuve en Soria compramos un chorizo muy bueno, un poco blanquito por fuera, ya no recuerdo si fue en Abejar o en Vinuesa. ¡¡¡Estaba de cine!!!
Besos.
Bueno, y los chorizos de mi tierra??? Buaaaaaaa¡¡¡
La sierra de Cordoba tiene una riquísima producción de ibérico
Es muy dificil citar todas las zonas de producción. A mi me encanta el de Ronda. Si puedes conseguirlo, ya verás que rico, tanto el chorizo como la morcilla de cebolla
Besos. Ana
A mi tb me encanta el de Zamora, para mi gusto, el mejor que he probado y para mi peke tb, cuando va donde los abuelos se pone tibio, je,je. Yo uso mucho tb el de tipo Palacios sobre todo para cocinar aunque no tengo ni idea de que zona es. Un besito
Jo, sis, pienso en los bollitos preñaos o en el talo con txistorra y se me hace la boca agua (y eso que acabo de terminar de comer).
El de Zamora es el que más me gusta de los que he probado, los de Rioja no me hacen gracia y el pamplonica tampoco mucho.
Ana, espero tener la oportunidad de probarlo. ¡Me haría la vuelta a España probando chorizo! jeje.
Besos.
¡Anda que no te ha salido listo ni nada!jeje.
El de Palacios es de Rioja.
Besos.
Calla, calla, que a estas horas ya me empieza a entrar hambre de merienda. jajajaja
¡¡Besos!!
En el pueblo de mis padres, como me imagino que sería en el pueblo en el que tú vives, la matanza era casi una obligación. Hoy en día es una tradición casi perdida, y éso que el pueblo no es tan grande y ha recibido emigración, pero el tema ha cambiado mucho.
En mi casa, como en la de mis padres y en la de muchos de mis familiares, se come chorizo zamorano. Cada vez que mis padres van al pueblo, les encargo unas cuantas ristras, junto con “chichas”, ¿sabes a lo que me refiero? Es el picadillo de matanza.
Antaño, siendo yo cría, íbamos al pueblo para ayudar a mi abuela materna y hacer chorizos, y recuerdo los barreños inmensos repletos de carne que mi abuela adobaba para hacer chorizos y salchichones, y para adobar lomos y costillares. En alguna ocasión a mí me tocó la desagradable tarea de lavar las tripas para rellenar con la carne, o atar los chorizos, o pincharlos con una aguja de lana. Luego, a subirlos a unas guías donde se tenían que secar. Los fríos eran muy buenos, pero las heladas no.
Hoy en día aprecio estas tradiciones mucho. Será porque una madura, porque ve las cosas desde otra perspectiva, porque valora lo casero más que nada, … y la nostalgia que me invade ahora mismo pensando en ella, que hace una semana nos dejó para siempre.
Un beso.
Lo siento mucho, Yolanda, pero seguro que te quedan miles de recuerdos para evocarla con cariño.
Aquí en este pueblo por lo que he oído si se hacía la matanza, y no hace tantos años, pero yo no he llegado a verlo. De hecho nunca he participado en una, porque tantos mis abuelos maternos como paternos vivían en ciudad, pero aún se hacen en muchos pueblos y en algunos sitios se hacen públicamente de modo festivo para rememorar la tradición y que no se pierda del todo.
Besos.
En casa nos gustan todos, frescos y curados, para cocinar o para picotear.
Pero yo me pirro por un buen choricito asturiano, hecho a la sidra.Umhhh… Con tu permiso te pongo mi receta. Choricines a la sidra
Besotes!!!
Ay, choricines a la sidra, no dices nada!!! Me encantan. ¡Y con pan de maíz para acompañar, ni te cuento!
Besos.