Hace más de 10 años, allá por 2005, Brokeback Mountain se convirtió en la película del año o poco menos. Será porque no había habido antes una película para todos los públicos sobre una relación homosexual entre dos hombres o fuera por lo que fuera. El caso es que estaba en todas partes y daba desde para chistes fáciles e insustanciales por partes de homófobos, reprimidos y cortitos de mente de todo tipo, sea para elevarla a los altares tanto por su calidad como por su compromiso.
A mi, que cuando algo se pone de moda, me da siempre una pereza terrible, tanta exposición hacía que no me apeteciese especialmente verla. Ni siquiera por sus protagonistas, Jacke Gyllenhaal y Heath Ledger. Pero escuché en varios sitios que la autora, Annie Proulx, del relato (que no novela en que estaba basado) alababa la versión cinematográfica y que aseguraba que era totalmente fiel a su creación.
Esto me sorprendió muchísimo siendo un escrito tan corto y una película tan larga. Y me provocó mucha curiosidad, así que cuando surgió la oportunidad de leerlo no me lo pensé dos veces. Y la verdad es que me gusto mucho. Muchísimo. Tanto que al día siguiente de terminarlo y en vista de la opinión de la autora no dudé en alquilar la película.
Recuerdo la buena diposición que tenía cuando comencé a ver esta película. Y lo poco que me duró aplastada por el extremo sopor que me produjo. Nunca me ha costado tanto mantenerme atenta a una película y nunca he abandonado una con tal sensación de estar perdiendo el tiempo y no comprender su éxito.
Pensando que podía haber sido cosa del momento en los años siguientes he intentado ver tres veces la película. Pues bien, jamás he visto más de media hora. Imposible, para mi es imposible mantenerme interesada ni atenta a lo que sucede en la pantalla. Por el motivo que sea soy incapaz de mantener la atención y me queda claro que no es película para mi. Y eso que no tengo especial problema con que una película carezca aparentemente de acción.
Total que en este caso Brokeback Mountain es para mi una lectura preciosa y una película que nunca pude ver completa y que, la verdad, no intentaré ver ya. Para muchos, lo sé, inconcebible y una pena. Pero no siempre nos gusta aquello que deseamos que nos guste.
Y tú, ¿has leído el relato o has visto la película Brokeback Mountain? ¿Con cuál te quedas?
Vi la peli hace años y ni me gustó ni lo contrario. La vi por la curiosidad de poder saber qué me parecía, ya que tanto se hablaba de ella y, lo reconozco, igual por un poco de morbo de ver cómo se trataba el tema. Si que se me hizo algo larga y pesada pero me la “tragué” entera. No sabía que estaba basada en un relato. A lo mejor, si se me pone a mano, lo leo para poder ver la diferencia.
Besos preciosa.
Si viste la película el relato creo que te gustará. No recuerdo exactamente su extensión porque ha pasado tiempo, pero vamos, en un rato lo has leído. Yo lo leí de la biblioteca.
Besos.