Las cocineras de Fenley, de Jennifer Ryan, es una novela feel good protagonizada por mujeres y en la que la cocina y la preparación de alimentos está presente casi en cada página. Si me conoces un poco, ya puedes imaginar que no iba a dejar de leer una historia así.
Las cocineras de Fenley, de Jennifer Ryan: de qué va
Inglaterra, primavera de 1942. Tras dos años y medio desde el inicio de la guerra, las restricciones a las que obliga la contienda en materia de alimentación van creciendo. Las cartillas de racionamiento, el ingenio de las cocineras domésticas y una red de expertas economistas de alimentos que enseñen a las amas de casa a alimentar lo mejor posible a sus familias con los pocos recursos disponibles, son parte de las preocupaciones del gobierno en este ámbito.
Ambrose, presentador de The Kitchen Front en la BBC, habla en su programa de las propuestas del Ministerio de Alimentación. Da recetas y consejos para aprovechar y estimula el consumo de aquellos productos de los que hay más disponibilidad y son menos populares.
De un modo inesperado surge la propuesta de organizar un concurso de cocina en la localidad en la que vive Ambrose, un pueblo a una distancia relativamente corta de Londres. Las participantes tienen que tener relación con la cocina profesional y proponer recetas deliciosas aptas para tiempos de guerra y siguiendo las consignas del Ministerio de Alimentación. La ganadora, será copresentadora del programa.
Durante tres fases, una por mes, cuatro mujeres competirán por ser la ganadora presentando el mejor entrante, plato principal y postre posible. Y todas tienen razones de peso para ganar.
Las protagonistas de la novela
Audrey es una viuda de guerra y madre de tres hijos, el mayor de quince años. Tratar de no pensar en la muerte de su marido, en el posible futuro reclutamiento de su hijo mayor o en la pérdida de su amada casa mientras cultiva una completa huerta y prepara tartas y pasteles que vende a vecinos, grandes mansiones y restaurantes. Ganar supondría mejorar la vida de sus hijos y asegurarles un techo.
Nell es una joven huérfana que trabaja como ayudante de cocina en una gran mansión. Se presenta junto a la cocinera, la señora Quince, demasiado mayor y cansada para hacer sola el trabajo y, sobre todo, para aprovechar el premio. Ganar supondría escapar de la vida que lleva y alcanzar la libertad, pudiendo disfrutar de una vida fuera de las restricciones que supone ser parte de la servidumbre en una zona rural.
Lady Gwendolyne colabora con el ministerio como economista doméstica haciendo demostraciones para las amas de casa. Su marido posee una gran fábrica y una granja que han crecido con los negocios de la guerra, y eso les permite vivir muy bien incluso en tiempos tan difíciles. Siempre que entendamos vivir muy bien como vivir con dinero y buenos alimentos, claro. Porque para Gwendolyne ganar supondría demostrar que su ya fallecida madre se equivocaba al considerarla inútil y sería la manera de escapar de un marido dictatorial y violento.
Zelda es una joven chef que ha trabajado en importantes restaurantes. Pero no consigue que se la tenga en cuenta y por ser mujer nadie la acepta como jefa de cocina. Por un desengaño amoroso y un embarazo indeseado se encuentra trabajando en el comedor de una fábrica en un pueblo. Ganar sería para ella la manera de darse a conocer y ponerse al frente de un gran restaurante u hotel de Londres sin que el hecho de ser mujer lo impida.
Mi opinión sobre Las cocineras de Fenley
Las cocineras de Fenley es una novela de buenos sentimientos. Está salpicada de recetas tras cada capítulo, relacionadas con la trama. Y esta está repleta de referencias a la cocina y los alimentos. Pero también está repleta de sororidad y reafirmación propia.
Y todo ello me ha gustado mucho. Me ha resultado muy entretenida, y la verdad es que la he leído en poco tiempo y disfrutando mucho.
Ha sido una lectura agradable. Sencilla, quizá incluso simple, pero qué quieres que te diga, hay momentos para todo y me ha gustado. Deja buen sabor de boca y está muy bien para variar y aligerar entre lecturas más complejas.
Si buscas una historia llena de sorpresas o intriga, con episodios propios de una época dura como fue la 2ª Guerra Mundial, no lo es. Pero en segundo plano la guerra siempre está presente. Sí está bien documentada sobre el tema, algo que valor mucho.
En caso de que no te interese mucho la cocina, me temo que Las cocineras de Fenley puede resultarte aburrido o incluso pesado. Porque toda la trama de amistad, de superación personal y demás está envuelto de todas todas por la cocina. Pero si te gusta, creo que te va a encantar.
