Enemigo íntimo, de Keily Fox, es una entretenida novela romántica. Aunque con algún pero, en general he disfrutado su lectura. Eso sí, no la calificaría nunca como thriller romántico porque la resolución de los supuestos giros de trama o secretos son demasiado evidentes.
Enemigo íntimo, de Keily Fox: de qué va
Chicago, en la actualidad. Maddie Miller tiene una situación complicada, aunque parece llevarla bien: dos años atrás y estando embarazada sufrió un grave accidente que la dejó un tiempo en coma y aún no ha recuperado la memoria, por lo que no tiene recuerdos anteriores a ese momento.
Es madre de un niño de casi dos años que nació prematuro y trabaja con su padre que es detective privado. Pero ahora el hombre se está recuperando de un accidente de moto y el nuevo dueño del edificio en el que tienen su oficina parece querer dedicarlo a otros fines. Si lo hace no podrán pagar un local semejante en el centro y acabarán en un barrio alejado donde les resultará complicado encontrar el tipo de clientes que buscan.
Inesperadamente, el nuevo propietario del edificio le hace una oferta irrechazable. Si investiga lo que le propone infiltrándose en una de sus empresas con las condiciones que él mismo establece, podrá salir del atolladero en el que se encuentra su familia. Pero tendrá que hacerlo alejándose una temporada de su hijo y sin que su padre descubra que está haciendo un trabajo peligroso.
Lo que no puede imaginar es que la persona que la ha contratado guarda muchos secretos y que el riesgo para su vida es infinitamente mayor de lo que podría pensar. Tampoco que también sus sentimientos van a estar en riesgo y que ese pasado que no recuerda puede guardarle grandes sorpresas.
Mi opinión sobre Enemigo íntimo, novela romántica contemporánea
Como novela romántica, Enemigo íntimo es entretenida y agradable. Sobre todo los primeros tres cuartos de novela me ha enganchado. Después en algunos momentos he tenido la sensación de que le sobran párrafos y me ha costado un poco más llegar al final. Pero la sensación general es buena.
Eso sí, como supuesta novela de intriga romántica, mi apreciación es diferente. Si tienes la idea de disfrutar de una historia de este género, probablemente te decepciones. No se puede comparar con novelas de autoras como Pamela Clare, Sandra Brown o Laura Griffin.
¿Por qué digo esto? El supuesto gran giro y secreto de la trama se adivina desde casi el inicio. No sabía cómo se iba a explicar pero tenía la impresión de qué iba a desvelar, cuál era ese gran secreto. Y acerté, claro. Me imagino que le habrá pasado a la mayoría aunque me sorprende leer tantas opiniones que alaban esta cuestión. Como no creo que sea más avispada que nadie, voy a pensar que son lectoras que no han leído demasiado de este género, son muy jóvenes o son superfans de la autora.
Y la explicación puede convencerte más o menos, esa es otra. Yo me voy a poner en un término medio porque tiene lagunas que no terminan de cuadrar y que requieren varios apuntes en adelante para no dejar vacíos sin respuesta o piezas sueltas.
Así y todo, todavía no me cuadran cuestiones que no voy a señalar para no hacer un spoiler sobre la clave sobre la que gira todo. Pero por si ya lo has leído y buscas cotejar opiniones con la tuya, mencionaré a los compañeros de trabajo y a la prensa, tan pronta para publicar un cotilleo y tan poco presta para indagar sobre su protagonista.
Al margen de esto, me ha sacado de contexto alguna expresión demasiado coloquial y poco propia de la ambientación. El “olé mi niño”, me ha matado. Pero no quiero pecar de tiquismiquis, no deja de ser un detalle.
De todos modos, como digo mi impresión general sobre Enemigo íntimo es buena. Si buscas simplemente una lectura con una pareja protagonista entre la que salten chispas y sin más pretensiones que pasar un buen rato, cumple su cometido. Pero me reitero en que no lo veas como una novela de intriga romántica porque corres el riesgo de decepcionarte.
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