Dejé mi corazón en Manila, de Marta Galatas, es una novela de la esperaba mucho pero que me ha dado muy poco. En realidad he estado tentada de dejarla a un lado varias veces y al final la he acabado por cabezonería, porque me fastidia dejar libros a medias salvo que sean realmente infumables. Y tampoco es este el caso.
Si me quieres no me dejes ir, de Amabile Giusti, es una novela romántica actual que me ha gustado mucho. Es muy diferente a otras que he leído, más dura y cruda, y eso es un soplo de aire fresco. En un sentido podría calificarse de romantic new adult, pero siempre teniendo en cuenta que en muchos aspectos es una novela romántica oscura no apta para almas cándidas o para quien solo quiera leer escenas felices.
El retiro, de Mark Edwards, es una de las novelas que leí el pasado verano y que aún no había tenido tiempo de comentar. Es una novela de intriga que me ha gustado mucho porque realmente sorprende, aunque a medida que se acerca el final se vislumbra por dónde irá la cosa en algunos aspectos. Pero, en general, con la apariencia de una historia apacible está lleno de intriga, temor y sorpresas.
En tus brazos, de Brenda Novak, es una bonita novela perteneciente a la serie Dundee, Idahoo. Aunque se puede leer perfectamente de forma independiente. Es la primera novela que leo de esta famosa autora, y aunque es una lectura sencilla y sin mucha profundidad, es muy bonita y emotiva, y me ha gustado mucho su forma de narrar.
Un día maravilloso, de Amabile Giusti, ha sido una preciosa lectura. Me ha dejado muy contenta porque me ha gustado mucho más de lo que esperaba. No conocía a la autora aunque en dos o tres momentos durante la lectura he tenido la impresión de que es fan de las chicas Gilmore, pero qué momentos, eso solo lo sabrán al leerlo las verdaderas fans de la serie, porque es algo muy sutil. Buscaré más novelas suyas, visto lo que he disfrutado con esta.
Tenía pendiente leer desde hace tiempo El cumpleaños secreto, de Kate Morton y hasta hace pocos días no encontré el momento. La verdad es que me ha gustado aunque me ha costado meterme en la trama por el vaivén de fechas en las que transcurre la historia, que no me dejaba situarme en condiciones.
Un millón de estrellas, de Jamie McGuire, es una preciosa novela que me ha encantado. En realidad no ha sido exactamente lo que esperaba pero ha sido mejor. Ya había leído anteriormente una novela de la autora, Maravilloso desastre, que me gustó pero esta lo ha hecho aún más. Está más trabajada y no se centra solo en el romance sino que tiene otros ingredientes añadidos que hacen más interesante la lectura: el bullying, el abandono familiar, y secretos e intrigas que te mantienen en vilo hasta el final.
Estrellas sobre el océano es una novela entretenida y amena aunque también algo previsible. A pesar de que creo que es voluntariamente demasiado blanca para lo que correspondería con la trama que cuenta si fuese más realista, en realidad en cierto modo hasta lo agradezco, saturada ya de noticias y libros en los que todo lo trágico, lo cruel y lo injusto se apoderan de todo.
Monteperdido, de Agustín Martínez ha sido una de las lecturas más apasionantes de este verano. Y eso que conocía hasta el fina porque antes me había visto la serie de televisión basada en esta novela. Como en su día hice con otra historia también apasionante, Apaches, quería dejar pasar un tiempo prudencial desde terminar de ver la serie hasta leer la novela pero no he aguantado tanto.
Hora de soñar, de Kristan Higgins, es una novela que me ha encantado. A pesar de que la sinopsis oficial es un poco insípida y hace parecer a la novela mucho más simplona y tópica de lo que es, ya tengo claro que esta autora me gusta mucho así que no me resistí a comprarla. Y estoy feliz porque es una de las que más me ha gustado de ella.
Un lugar para soñar, de Robyn Carr, es la primera novela de la serie Virgin River. Una serie que estoy leyendo desordenada con novelas que me han gustado tanto como Otro amanecer o Tentación en el viento. Leer el punto de partida de la serie me ha gustado mucho, la novela es sencilla pero encantadora y te deja muy buenas sensaciones al finalizar.
Caótica Jimena, de Andrea Longarela, es una de mis lecturas de verano que no ha sido exactamente lo que esperaba. Hace unas semanas descubrí a su autora, Andrea Longarela, con una novela que me gustó mucho y de la que ya hablé en el blog, Valiente Vera, pequeña Sara. Así que en cuanto tuve la oportunidad compré otro libro de ella, el que viene hoy al caso. Sin embargo, no ha sido la lectura que yo necesitaba en este momento.