En la guarida del zorro, de Charlotte Link, es una novela de intriga que me ha gustado mucho. No es un thriller de acción, si no una novela de intriga latente. Creo que es importante diferenciarlo para no llevarse a engaño. Muy recomendable.
Mi vida (no del todo) perfecta, de Sophie Kinsella, es un libro que he tenido muchísimos meses pendiente de leer. Lo terminé hace unas semanas y creo que es el libro ideal para ser el último comentado del año en el blog. Y es que en este año extraño, si algo tengo claro es que las vidas no perfectas son lo que tenemos cada uno de nosotros así que mejor quedarnos con lo mejor de estas y no darle vueltas a lo no tan bueno.
La gravedad que nos atrae es la cuarta novela de la serie Los elementos, de Brittainy C. Cherry. Puede leerse de forma independiente. Es una historia emotiva, tierna y en algunas ocasiones dura, que me ha encantado. Desde luego pienso leer más novelas de esta autora porque ha logrado conmoverme y he disfrutado mucho de esta lectura.
Nosotros después de las doce es una novela de Laia Soler, muy diferente a lo que suelo leer. Aunque no me gusta poner etiquetas a mis lecturas entiendo que a veces son necesarias para saber ante qué tipo de libro estás, pues no todos estamos dispuestos, preparados o abiertos a leer todo tipo de libros. Para mi esta es una novela juvenil de realismo mágico o una novela romántica adolescente con ligeros toques de magia.
Tierra de lobos, de Nicholas Evans, es una novela que se publicó en España en 1998. Una historia ambientada en un pequeño pueblo de Montana, protagonizada por quienes aman y quieren salvar a los lobos y por aquellos que los ven como el ser que amenaza su estilo de vida y su sustento. Una novela escrita por el autor de El hombre que susurraba al oído de los caballos.
Ahora que lo dices, de Kristan Higgins, ha sido una lectura preciosa. Ya he comentado otras novelas de la autora en En Mil Batallas y he dicho lo mucho que me gusta. En este caso no ha sido menos, y he devorado esta novela que me ha encantado de principio a fin. Con toques de humor y lugar para todas las emociones, trata temas muy complicados con el habitual toque de esta escritora, experta en que con aparente frivolidad se hable de forma seria de temas de lo más complejos, duros, dolorosos o preocupantes.
La vida en rosa, de Victoria Connelly, es una novela sencilla, entretenida y en cierto modo agradable, aunque bastante previsible y a la que cuesta un poco engancharse. Es una historia familiar protagonizada por tres jóvenes hermanas ambientada en la época actual en una vieja mansión decrépita y en torno a un negocio floral.
Cowboys and kisses, de Eva M. Soler e Idoia del Amo es una novela entretenida, agradable y bonita. Aunque se vende como novela romántica esa parte queda bastante diluida y es principalmente la historia de una relación entre hermanas. O medio hermanas, más bien. Y no es que me importe porque me ha gustado, creo que agradezco que haya sido así. ¿Es previsible y sin pretensiones? Si. ¿Es refrescante y deja buenas sensaciones tanto mientras lees la novela como al terminarla? También.
Miel y almendras, de Maha Akhtar, es una novela que tenía pendiente para leer hace un montón de meses. Y por fin este verano le llegó el turno. No era exactamente lo que prometía en la sinopsis, pero ha sido una lectura entretenida. Y, sobre todo, te deja ver un poco más de cómo viven algunas mujeres en Beirut, una ciudad que tiene la triste desgracia de ser noticia a menudo y casi nunca por algo bueno, como si todos los males se cebasen en ella.
La chica salvaje, de Delia Owens, es una de las novelas más bonitas que he leído en los últimos tiempos. No sabía muy bien qué me iba a encontrar y casi mejor, porque ha sido una lectura fantástica. Con pañuelo, porque en muchas ocasiones me ha hecho saltar las lágrimas. Pero maravillosa. Con una prosa envolvente, una forma de narrar que me ha conquistado. Y una trama original y adictiva con una protagonista a la que es imposible no querer.
Hijas del sur, de Deb Spera, es una novela que me ha gustado muchísimo aunque también es muy duro lo que cuenta. La forma de narrar de la autora es bonita, enseguida te atrapa y lo que te cuenta te mantiene en vilo. Lástima que se intuya el principal secreto de la trama, es lo único que le falla para ser redonda.
Rosa blanca, Selva negra, de Eoin Dempsey, es otra de las novelas que leí el pasado verano y que aún me faltaba por comentar aquí. Es una historia ambientada en Alemania durante la segunda guerra mundial de la que esperaba mucho más, pero lo cierto es que no me enganchó ni gustó como esperaba.