La chica salvaje, de Delia Owens, es una de las novelas más bonitas que he leído en los últimos tiempos. No sabía muy bien qué me iba a encontrar y casi mejor, porque ha sido una lectura fantástica. Con pañuelo, porque en muchas ocasiones me ha hecho saltar las lágrimas. Pero maravillosa. Con una prosa envolvente, una forma de narrar que me ha conquistado. Y una trama original y adictiva con una protagonista a la que es imposible no querer.

Hijas del sur, de Deb Spera, es una novela que me ha gustado muchísimo aunque también es muy duro lo que cuenta. La forma de narrar de la autora es bonita, enseguida te atrapa y lo que te cuenta te mantiene en vilo. Lástima que se intuya el principal secreto de la trama, es lo único que le falla para ser redonda.

Mentiras piadosas, de Linda Howard, es una novela que aunque publicada por primera vez en los años ´80 aún no había leído. Y eso que de las novelas “antiguas” de Linda Howard, he leído la mayoría. Esta no es una de sus grandes novelas como El hombre perfecto, Morir por complacer o Se abre la veda. Es un Harlequin y se nota. Pero también tiene algo positivo y es que el toque Howard está, algo que en algunos de sus libros más modernos parecía haberse perdido.