La hija del pintor, de Julie Klassen, ha sido una de mis últimas lecturas. Ya voy leyendo varias novelas de esta autora como La institutriz silenciosa o El secreto de Pembrooke Park, y me imaginaba que me gustaría, como así ha sido.
Donde vive el corazón, de Brenda Novak, es una preciosa novela de la serie Silver Springs. Tenía muchas ganas de leer esta historia porque todo apuntaba a que iba a estar muy bien. Intuía que el personaje principal y su situación darían mucho juego. Y así ha sido.
La hermana ausente, de Kendra Elliot, es la primera novela de la serie de intriga policíaca Columbia River. Una historia que me ha gustado mucho por distintos motivos. Entre ellos la narración aparentemente tranquila que tiene pese a ser una historia en la que hay asesinatos, sorpresas inesperadas y acción más o menos continuada.
La casa de las olas, de Jojo Moyes, ha sido una de mis últimas lecturas. Una novela bonita y entretenida, que me enganchó enseguida. Y me ha gustado, aunque me habría encantado un epílogo final un poquito más largo. Dada la extensión de la novela, bien podía haber añadido alguna página más para completarlo.
Pensándolo mejor, de Kristan Higgins, era la única de las novelas de esta escritora publicadas en España que me faltaba por leer y por fin lo he hecho. Y me ha gustado muchísimo. La relación entre las hermanas, el desarrollo de la trama y su crecimiento personal en momentos adversos, algunos toques de romance junto a esas pinceladas de humor propias de la autora me han encantado.
La posadera de Ivy Hill, de Julie Klassen, ha sido una de mis últimas lecturas. Esperaba un estilo más similar a otras novelas que he leído de la autora, como El secreto de Pembrooke Park, pero es diferente. No hay esa intriga latente y es más coral y costumbrista. Pese a no ser lo que esperaba he disfrutado mucho de su lectura.
Dime quién soy, de Julia Navarro, es un best seller mundial. Hace tiempo que tenía ganas de leerlo pero lo había ido postponiendo. Hace unos meses vi la serie del mismo nombre, algo sobre lo que ya publiqué en series de tv basadas en novelas que merece la pena ver. He alargado un poco el momento de leer el libro para no tener tan recientes las imágenes y así adentrarme mejor entre sus páginas, más libremente, tratando de evitar comparaciones.
La petición de Olivia, de Abril Camino, es una novela que esperaba quizá algo más romántica de lo que finalmente ha resultado, aunque no tenía expectativas muy concretas vista su sinopsis. Y creo que ha sido lo mejor, porque así me he metido de lleno en su lectura sin que ideas previas me hicieran sentir de uno u otro modo.
La última mentira es la tercera novela de Mary Kubica que leo. Y como las anteriores, esa intriga psicológica me ha gustado mucho. Es una historia interesante, bien contada, que atrapa, emocionante y que te empuja a seguir leyendo, con una resolución sin trampas.
Magia en la nieve, de Sarah Morgan, es la primera novela de una serie romántica que transcurre en un mismo escenario: Snow Crystal Resort. Me ha gustado mucho. Es sencilla pero muy bonita, una historia romántica ambientada en Navidad y en las montañas de Vermont, con mucha química, encanto y chispa.
Un viaje entre dos luces, de Nick Alexander, es una de mis últimas lecturas. Es una novela entretenida pero de la que esperaba mucho más. Al principio despertó mi interés pero enseguida se vuelve previsible en lo esencial. Lo más importante que te imaginas que va a suceder, sucede. Eso unido a que es una narración de hechos a dos voces y en dos épocas diferentes que no termina de profundizar en la relación entre las dos protagonistas, hace que no sea lo que yo recomendaría como lectura para disfrutar al máximo.
Valle de sueños, de Beatriz Manrique, es una novela romántica ambientada a finales del S. XIX en EEUU. Es una bonita historia con una pareja con mucha química y el principio de una serie que ya me tiene deseando leer la siguiente entrega.